domingo, 10 de abril de 2016

El peso y la levedad

Crédito de la imagen

Para él el momento de despertarse era pura felicidad: se extrañaba ingenua y tontamente de estar otra vez entre los vivos y se alegraba sinceramente de ello. Ella, en cambio, se despertaba con una sensación de desagrado, deseando que la noche continuase para no abrir los ojos.
(Él es el perro de la casa; ella es Teresa, la dueña del perro).

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¿Qué es la coquetería? Podría decirse que es un comportamiento que pretende poner en conocimiento de otra persona que un acercamiento sexual es posible, de tal modo que esta posibilidad no aparezca nunca como seguridad. Dicho de otro modo: la coquetería es una promesa de coito sin garantía.

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La cirugía lleva el imperativo básico de la profesión médica hasta límites extremos, en los que lo humano entra en contacto con lo divino. Si le pega usted con fuerza un porrazo a alguien, el sujeto en cuestión cae y deja definitivamente de respirar. Pero de todas formas alguna vez iba a dejar de respirar. Un asesinato así solo se adelante un poco a lo que Dios se hubiese encargado de hacer algo más tarde. Se puede suponer que Dios contaba con el asesinato, pero no contaba con la cirugía. No sospechaba que alguien iba a atreverse a meter la mano dentro del mecanismo que él había inventado, meticulosamente cubierto de piel, sellado y cerrado a los ojos del hombre. Cuando Tomás posó por primera vez el bisturí sobre la piel de un hombre previamente anestesiado y luego atravesó esa piel con un gesto decidido y la cortó con un tajo recto y preciso (como si fuese un trozo de materia inerte, un abrigo, una falda, una cortina) tuvo una breve pero intensa sensación de sacrilegio.

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Recordó el conocido mito de El banquete de Platón: los humanos eran antes hermafroditas y Dios los dividió en dos mitades que desde entonces vagan por el mundo y se buscan. El amor es el deseo de encontrar a la mitad perdida de nosotros mismos.
(Como dice sabiamente Ortega y Gasset: "hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella").

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Fragmentos de La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera. (Las acotaciones son mías).

6 comentarios:

Joselu dijo...

Tengo un problema serio con este libro. Lo tengo desde tiempo inmemorial. Quiero leerlo, pero dos veces que lo he intentado. he tenido que dejarlo tras haber leído algunas páginas. Me sentía rechazado por el libro o yo sentía un rechazo visceral hacia él. Tal vez el título ampuloso me predispone bélicamente contra esta novela de la que tengo buenas referencias, pero no puedo con ella. Creo que Milan Kundera y yo no tendríamos buena química si nos conociéramos.

Estoy terminanado la biografía de Rilke con la que llevo casi un mes. Tiene más de mili cien páginas y ya te expliqué cómo leía. Ha aprendido mucho del contexto artístico de la época, de la situación del imperio austrohúngaro, de lo que supuso la guerra mundial con la victoria de los malditos nacionalismos que fragmentaron Europa Central. Rilke fue repudiado por Alemania por traidor, por expresarse en francés y amar Francia, tras la guerra. Y eso que toda su obra era en alemán, incluidas las Elegías de Duino y los Sonetos a Orfeo. Pero Rilke era "innacional", europeo. Amaba Rusia, España, Francia, Italia, Alemania, Austria. Checoslovaquia pero estos últimos países estaban unidos en una entidad más amplia con distintas nacionalidades y lenguas. Europa se rompió. Y preparó la siguiente guerra. Él ya no era de ningún sitio. Murió en Suiza. Nunca tuvo nada, ninguna propiedad, nada que dejar a nadie. Pero vivió mantenido por la aristocracia que lo adoraba. Ahora voy a leer una novela suya. No sé si me atreveré con las Elegias o los Sonetos. En buena parte se basan en imágenes ocultistas. Él era muy aficionado al ocultismo, a comuncarse con los espíritus. Se consideraba médium y sacerdote de la poesía. Es el prototipo de artista absoluto. No es fácil su poesía. Y menos en una traducción por buena que sea. Leer este libro ha sido una aventura maravillosa. El tuvo una relación con Baladine Klossovska, la madre de Balthus, un pintor que me fascina. Pinta a púberes adolescentes en poses arriesgadas que algunos califican de eróticas. Él negaba el erotismo de sus cuadros pero algo hay en ellos si los miras. No sé qué pensarás tú. Hay quien dice que era un pedófilo. En todo caso, Lewis Carroll también lo era. Son temas que la cultura contemporánea mira de un modo muy puritano. También leí la biografía de Balthus y me fascinó. ¡Cómo me hubiera gustado ser artista y tener talento! Aunque su vida no es necesariamente fácil, más bien lo contrario.

Bueno, un abrazo.

RobertoC dijo...

Vaya libro, con ese interesante método de hacer varias lecturas, según el personaje que nos agrade, dado que el autor logra una inmersión en la psicología de cada uno, así que podríamos tener nuestro favorito, igualmente nos lleva a sus caminos filosóficos analizando los problemas existenciales que todos solemos tener a lo largo de la vida, y también idealistas, al final los 68' están allí, con toda su trama política y que inevitablemente llevan a un apartado político. Y claro también la interpretación de Nietzsche y su "eterno retorno" o el peso contra la levedad. El autor nos deja en ese sentido un cierto mal gusto, pareciera que no podemos escapar de ese eterno retorno que no es más que la vida de siempre, inevitable y repetida por hombres y mujeres una y otra vez con los mismas preguntas y las mismas respuestas, un sin escape, por más que quieras ser totalmente libre, ligero, leve esto se haría insoportable y retornarías al peso de la vida. Yo me quedo conque la cuestión es vivir, y ser, con el mayor convencimiento posible, a tu manera, porque si la vida no cambiará, si todo será al final igual y repetido, al menos que sea con gusto y decisión propia, sí, opto como quién dice por soportar el peso, pero también esa insoportable sensación de levedad de tantas cosas que vivimos y hacemos vivir. Lo interesante es que al final el libro será siempre actual, porque siempre habrá esa lucha entre peso-carga y levedad-ligereza, ganando y perdiendo cada uno en esto en búsqueda de un equilibrio. Saludos, muy interesante este libro, una vez más nos recuerda pensar sobre muchas cosas, amiga, cariños.

Blogmaníacos dijo...

Joselu, nuestra experiencia con este libro es opuesta. Es la segunda vez que lo leo y he descubierto que me gusta cada vez más. No solo por lo que dice, que también, sino por la estructura aparentemente caótica de la narración. No cumple ni una sola de las leyes "lógicas", pero al final todo tiene sentido, y admiras la manera como lo ha dispuesto sobre el tablero. No es Rayuela, pero me quedo con esa libertad de saltarse las prescripciones narrativas.
Por otra parte, la película también me ha gustado mucho. Es atípica, y con el gran Daniel Day Lewis como el infiel perfecto.

Como sabes, aprendo mucho de tus entradas y comentarios, así que he buscado a Balthus, de quien no había oído hablar. Me han gustado mucho sus cuadros, expresan amplio conocimiento del ser humano. A mí me parecen eróticos, que supongo que es lo que el artista quería expresar. El morbo de su supuesta pedofilia no resta nada a su arte.

Gracias por tu extenso comentario.

Un abrazo.

Blogmaníacos dijo...

¡Vaya, Roberto, parece que tiene muy fresca la lectura de este libro! ¿Hace poco que lo ha leído o es de los que toman apuntes y lo dejan todo escrito para no olvidar? En todo caso, agradezco que comparta sus impresiones.
El libro abarca muchos temas, es verdad, como también lo es que podríamos perdernos entre cualquiera de los cuatro personajes principales. En cada uno de ellos vemos nuestras grandezas y nuestras miserias. Yo, por afinidad, me identifico con Teresa. La manera de vivir su vida con todo el peso que para ella conlleva es entrañable. Me siento más alejada de la levedad de Tomás o Sabina, aunque como muy bien apuntas, la vida de cada cual es un continuo equilibrio de las dos cosas, en ello estamos todos :)

Muchas gracias por tan hermoso comentario.

Un abrazo.

RobertoC dijo...

Da la casualidad que fue discusión invernal en San Petersburgo este maravilloso escritor, y esa filosofía que nos envía a través de tramas más que interesantes, y su visión de una entonces Checoeslovaquia y de Praga principalmente en esos fines de los sesenta tan complicados. Salió como tema desde el lado político, pero ya se ve que Kundera te lleva a tantos lados, que al final gracias a los que compartían una mesa de discusión muy de madrugada, en una librería-café, lo tuve todo presente una vez más. Tengo buena memoria por cierto, pero había leído a Kundera hacía ya años. Lo bueno de estar en una discusión en un lugar así, pues que uno pueder ir hasta los estantes, y tomar los libros que se nombren y verificar posiciones al instante. Una manera de aprender y re aprender maravillosa.
Cariños Conchita.

Blogmaníacos dijo...

¡La mejor manera de aprender, sin duda, es en una librería-café de San Petesburgo!!! ¿hay quién dé más?

Envidio su status de docente-viajero y esas maneras de re aprender por el mundo, ¡así es imposible olvidar a Kundera!

Gracias por la aclaración, amigo Roberto. Siga disfrutando de sus viajes y compartiéndolos con nosotros, es un placer siempre leerle.

Afectuosos saludos.